martes, 12 de mayo de 2009

El tiempo es una de esas magnitudes que uno experimenta sin razonar. A mi siempre me sorprendió la capacidad de algunas personas para perderlo, la manera en que se dejan llevar por sus gustos en una de las mas deliciosas batallas contra las imposiciones culturales. Así empecé a envidiar los pequeños logros anticapitalistas que se abrazan a la magnificencia de no hacer nada y de disfrutarlo, frente a los que abogan por ocuparlo con las cosas mas triviales con tal de mantener la conciencia temporal al día. "El tiempo vale oro" no es una máxima de produccion sino la imposicion de un sistema que le quita al dios de los cielos su maravillosa espontaneidad.
"This is the end, my friend".

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